martes, 22 de noviembre de 2016

El sinsentido

Palabras como unidades lógicas de sentido. Palabras como fragmentos de la expresión humana, ¿qué son las palabras inconexas, amarradas al vacío, las palabras que vuelan en el viento? Nada. Sin las palabras no podríamos ser personas; nuestra existencia está amarrada a las voces, a las ideas que se pasean por nuestra mente. No somos nada más que palabras.


Las palabras no son un sonido que sale de la garganta o un garabato que muere en una hoja; las palabras son nuestra motivación para el pensamiento. El problema es que ante la realidad de los objetos, las palabras no tienen significado; ante la magnificencia del universo, no somos más que sonidos sin sentido. 

viernes, 13 de mayo de 2016

“Tranquilo, tranquilo”

“Escucha, esa es la canción que te la pasas cantando” le digo. Estas simulaciones son jodidamente perfectas. Ella sonríe y con esa canción de una caricatura para niños comienza a bailar mientras se quita ese vestido rosado con el que se pasea todos los sábados al frente de mi casa. Me manda un beso con aquellos labios delicados. Yo la comienzo a desnudar, primero quito las tiras de sus hombros que caen con cierta dulzura, son tan pequeñas que me siento desnudando a una muñequita. Ella me ayuda, y nunca me deja de mirar, sus ojos no se apartan de mis pupilas. Hace mucho tiempo no me emocionaba con algo así. Beso su piel blanca y brillante como la plata más fina mientras mis manos gruesas, llenas de tiza bajan por su espalda. Veo sus pechos que se asoman a la pubertad. Y los acaricio. “Sí yo sé, todo muy suave para que no te duela”. Le quito el vestido, no tiene ropa interior. Sus piernas y su culo están tan firmes y siento que se me inflama el pene, me da un poco de pena sacarlo. Tus ojos brillan con curiosidad “¿qué es eso?” dices. Te toco y escucho las gotas que caen de tu vagina húmeda. Pero todo es falso, ¿o no? Tu cuerpo me pide a gritos. Te tiro a la cama, con el cubre lecho de alguna puta princesa de Disney. Sacó la vaselina de mi chaqueta. Se siente tan real entre mis dedos. “así no te dolerá”. Escucho el primer jadeo. Huye de mí levemente y la arrastro con mis manos. La cojo de los hombros para que no se escape. Comienzo a descoser su cuerpo de muñeca con mi pene. Me duele un poco en la punta, está muy dura, pero empujo. Ella grita, “¡para, me duele mucho!” Y las lágrimas caen, pasean por sus mejillas y se pierden en la cama. Grita y eso me excita más. Y se mueve. Le pego en la cara para que gima más duro. Se mueve con desespero “Así no, así no por favor ¡Para!” “Le voy a decir a mi papá”. Grita. Dile a medio mundo. Pero grítalo. Amo tus alaridos de niña de 12 años. Grítalo… más duro… más… tu cuerpo se tensa… mi cuerpo…


El simulador se apaga. Las gotas espesas caen de mi mano. Voy al baño y me limpio. La veo pasar, son las 6 de la mañana y a esa hora nos toca salir para el colegio. Sus padres la despiden y se escapa de mi vista en el bus. Hoy también llegaré tarde. Vuelvo al baño. Me duele el pecho. Me miro al espejo. Yo no hice nada malo, yo no le hice daño a nadie. ¿Cierto? Pero el hijueputa que veo de frente en el espejo del baño no deja de preguntarme “¿Por qué se siente tan mal?”    

domingo, 31 de enero de 2016

Reseña "Lord Jim" de Jospeh Conrad

 
 Más que una novela de aventuras, "Lord Jim" es la construcción del relato de un joven idealista que se enfrenta constantemente con sus miedos y sus decepciones. El autor polaco logra profundizar en un personaje muy complejo a partir de la reunión de varias miradas sobre ciertos acontecimientos que rodean la vida de Jim. Además, pone en consonancia las acciones y los misteriosos pensamientos del protagonista, donde el honor y el orgullo imponen una sombra que lo seguirá hasta los rincones más olvidados de los mares del sur. 
La narración se divide en tres partes, el desastre del Patna,  el ascenso en Patusán y la "carta" que concluye el relato. Para cada uno de estos eventos, Conrad varía con la perspectiva y las formas de contar esta historia que inicia con un narrador omnisciente, pasa por el relato de Marlow en una taberna hacia una audiencia indefinida y termina en una carta enviada al único hombre que mostró un genuino interés en la historia. Por otra parte, la narración crea sus propias normas temporales para ahondar en todos los acontecimientos que rodean la vida de Jim. En lo personal, considero que este juego que crea el autor con el lector amplía los alcances del universo narrativo de la obra en la cual nace todo un paisaje de historias y relatos de bucaneros, marinos y hombres de mar atrapados en este universo de infinito alcance, donde todos se sumergen y reconocen con aquella frase que se repite varias veces en la historia, cada uno de ellos es "uno de los nuestros". 
Otra gran fortaleza que tiene este libro son las descripciones de paisajes marítimos y selváticos. Este elemento de la obra no se crea como mera incidencia bucólica, al contrario, los paisajes se sumergen en la personalidad y los momentos de la narración, como un elemento que juega desde el exterior para generar una mayor profundidad en los personajes y los acontecimientos. 
En definitiva, una obra que puede llegar a hablar sobre aquellos demonios, miedos e ilusiones que se contraponen a un mundo que puede llegar a ser muy cruel para aquellos idealistas que se dejan atormentar por las sombras que tal vez nunca desaparezcan de nuestras vidas.